Sexualidad y aprendizaje en la familia de origen.
Las primeras vivencias relativas a la sexualidad tienen que
ver con el contacto con sus padres y las sensaciones de satisfacción asociadas
a este contacto (tomar pecho, dormirse junto a ellos, ser acariciados, etc.).
Así los niños van aprendiendo según como se relacionan sus padres con él, a
establecer contacto con el mundo en lo que se refiere a su sexualidad. De esta
manera cada familia formará a sus hijos desde muy temprana edad en una
determinada manera de ver su sexualidad, que es única y particular.
La familia juega un rol muy importante ya que determina la
forma de percibir y enfrentar el mundo. Según lo que aprendamos en nuestra
familia de origen actuaremos y determinaremos lo que es aceptable o
inaceptable, para nosotros y los nuestros. En este sentido la familia es
fundamental para construir la visión que se tenga de la sexualidad.
El desarrollo de la sexualidad en los primeros meses de vida
del niño va a estar determinado por la relación de éste con sus padres.
Para estimular un desarrollo normal de la sexualidad y
sensualidad del niño, es fundamental que ambos padres tengan un contacto físico
y afectivo con el niño de una manera natural (sin forzar un encuentro cuando
este no sale espontáneo).
Al hablar de contacto físico con el niño nos referimos a
expresar cariño, afecto y seguridad; al besar, tocar, arrullar, mirar y
alimentar al bebé, y esta sensualidad no tiene relación con lo que los adultos
reconocemos como contacto sexual. Sin embargo se trata de un aspecto importante
en el desarrollo sexual del niño.
Habla de sexualidad con tus hijos.
Normalmente, se estimula el desarrollo del niño, y se está
muy pendiente de su evolución en cuanto al comer solos, a caminar, a que tengan
buenos hábitos, etc., pero se olvida de la sexualidad. Existe todavía demasiado
cuidado, “respeto” y en muchos casos un cierto tabú en hablar del tema.
Hablar de la sexualidad con los hijos no puede reducirse a
explicar cómo nacen los niños, sino que se hace preciso abordar otros aspectos,
lógicamente, teniendo en cuenta la edad, necesidades e intereses de los chicos.
Entre ellos: conocimiento y valoración positiva del propio cuerpo, las
emociones y el sexo, las relaciones interpersonales, la identidad de género,
anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, la sexualidad a lo largo
de la vida, relaciones con personas del mismo sexo, embarazos no deseados, el
aborto, necesidades sexuales y valores sociales, etc.
Lo que hay que comprender como padres, es que hablar de
sexualidad no es perverso o pecaminoso, que toda persona posee desde que nace,
su propia sexualidad y que ésta irá en desarrollo conforme vaya creciendo. La
sexualidad es algo natural, y como tal debe ser un tema tratado en forma
simple, honesta y cariñosa, otorgándole su propio espacio dentro del proceso
educacional, tendiente a la formación de un ser humano integral.
“La información sexual adecuada protege a tu hijo”
La actitud de los padres.
Dependiendo de la actitud de los padres, los niños aprenden
si el sexo es bonito o feo, correcto o incorrecto, un tema de conversación o
no. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no del tema. Que el
niño no pregunte no significa que no quiera saber. Puede que simplemente no se
anima a preguntar con recelo de la actitud que sus padres tendrán hacia el
tema. Es que aún en muchas casas, cuando un niño pregunta algo relacionado a la
sexualidad es mal interpretado como “grosero”.
Otra actitud que los padres no deben olvidarse es de evitar
aquella vieja historia de separa los niños y niñas en grupos distintos en lo
que se refiere a la sexualidad. Se debe hablar con los dos por igual,
independiente del sexo que tenga. El hecho de negar igual derecho a la
información, a la formación, y al placer, harán niños pasivos, educados para a
sumisión, y muy poco preparados para resolver posibles problemas en el futuro.
La información adecuada a los hijos les ayudará después a enfrentarse a un
posible abuso sexual, a una enfermedad, etc. En resumo, les protegerá.
Sugerencias generales para hablar con tus hijos e hijas de
sexualidad:
1. No es necesario que sea experta/o en sexualidad para
educar a sus hijos e hijas, usted tiene historia de vida, sabe lo que es positivo
en sexualidad y puede educar.
2. Usted y su pareja pueden tener puntos de vista diferentes
e incluso opuestos, por eso se complementan.
3. Cualquier lugar y momento es adecuado para educar. Si la
experiencia que se vive, las preguntas o conductas de sus menores, o su propio
interés hacen posible conversar sobre sexualidad o bien realizar un juego para
transmitir un mensaje, hágalo. No es necesario una reunión especial ni mucho
menos sólo para hablar de sexualidad.
4. Responda afectuosamente, es más importante su actitud, su
tono de voz y su cercanía afectiva que lo que dice o responde.
5. No se preocupe, si los menores no comprenden, volverán a
preguntar siempre y cuando usted permita la comunicación.
7. Tanto niños como niñas y adolescentes necesitan ser
educados por mamá y por papá siempre que sea posible. Ya sea de manera conjunta
o por separado, independientemente del sexo del menor.
8. Permita que los varones eduquen, son de gran importancia
para el desarrollo saludable.
9. Asegúrese de que sus hijos e hijas cuentan con espacio en
casa para estar a solas cuando se requiera.
10. Una razón frecuente por la cual niñas y niños dejan de
hablar sobre sexualidad con sus padres es que mamá y papá, al sentirse
orgullosos y enternecidos por la sexualidad infantil, cuentan a “todo el mundo”
el crecimiento puberal de sus hijos o bien de quién se han enamorado o si ya
dieron el primer beso.
11. Si desea que sus hijos/as confíen en usted, es necesario
que considere estas conversaciones como confidenciales.
12. Niñas y niños saben y se dan cuenta de que a mamá y a
papá les es difícil hablar sobre sexualidad y educar. No hay problema, explique
porqué le cuesta trabajo, mencione cómo se siente y posteriormente intente
educar, todo saldrá bien, los menores entienden las dificultades adultas
13. La educación sexual no acelera el comportamiento sexual.
Al contrario, si es adecuada, favorece la responsabilidad y el buen manejo de
la sexualidad.
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